UN MANUAL PARA TU VIDA
UN MANUAL PARA TU VIDA
¿Te puedes imaginar después que Dios te creó te diga: “ Tu estás ahora por tu cuenta. Ve ahora al mundo a ver si puedes encontrar la solución de tus problemas”. Tú entonces te dispones a buscar libros en la biblioteca o en la librería los cuales tienen la intención de decirte como debes vivir tu vida. Pero cuando los tienes en la mano, te haces esta pregunta: ¿Puedo confiar 100% en lo que el autor me está diciendo? Realmente hay un solo libro que ha sido comprobado tener veracidad, y en el que puedes confiar totalmente: ese libro es la Biblia. En 2 Timoteo leemos en el capítulo 3 versículo 16 que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”
La Biblia fue dada por Dios para que a través de ella pudiéramos obtener una buena relación con El. Ella nos indica como vivir de una manera sabia y, que sobre todo, lo agrade a El. Pero, desafortunadamente, hay personas que todavía usan la Biblia como agarradores de plantas y otros como un objeto de suerte pensando que el tenerla abierta en una bonita mesa o escritorio ya es suficiente para bendecir su vida.
Recuerda que cuando Dios te creó, tenía ya preparado en su corazón ese manual divino para entregártelo y enseñarte como dirigir tu vida. Si has comprado un aparato para armar sabrás a que me refiero; siempre éste trae consigo una guía a seguir. Si tratas de armarlo sin seguir las instrucciones del diseñador, te tomas el riesgo de dañarlo, puedes emplear más tiempo en hacerlo y, es muy probable que no quede como debiera de quedar. Ese mismo principio se aplica a nosotros; si tratamos por nuestra propia cuenta en dirigir nuestras vidas jamás lograremos el máximo resultado. Dios a través de Su manual divino nos entrena en todas las áreas de nuestras vidas para que vivamos en plenitud agradándole a El.
Decídete a leerla diariamente para que te puedas llenar de sabiduría. Permítele a Dios dirigir tus pasos, colmarte de gozo y paz, pero sobre todo deja que El se acerque a tí y puedas ver el gran amor que demostró y sigue demostrando no solo en dejarte esa gran guía divina, sino el de morir por ti en la cruz del calvario para que seas salvo y tengas vida eterna. Aceptas las instrucciones de este maravilloso Dios y no dejes pasar la oportunidad de recibirlo como tu Señor y Salvador.